La inflación y las últimas reformas fiscales están provocando que las rentas medias-bajas tengan que pagar más IRPF con un menor poder adquisitivo, según señala un reciente informe del Centro de Políticas Económicas EsadeEcPol. Los expertos ya lo advierten: la cantidad a devolver será menor cuando en 2024 se presente la declaración de la renta.
Las últimas reformas fiscales llevadas a cabo, unidas a un contexto de inflación como el actual, están elevando la presión impositiva sobre las rentas medias y bajas, según señala el informe elaborado por Francisco de la Torre Díaz, inspector de Hacienda y director del Foro de Fiscalidad de EsadeEcPol, y Carlos Victoria Lanzón, profesor en la Universidad Complutense de Madrid.
El estudio subraya “el compartimiento errático” de la progresividad del sistema fiscal español entre los contribuyentes con rentas de entre 15.000 y 20.000 euros anuales, quienes tienen que hacer frente a la subida generalizada de precios sin ver aumentado su poder adquisitivo real.
En relación al IRPF
La subida del mínimo exento de tributar en el IRPF de 14.000 a 15.000 euros anuales es una de las medidas fiscales llevada a cabo por el Gobierno. Los expertos apuntan que “de cada euro que se gana por encima de 15.000 euros, un altísimo porcentaje va destinado al IRPF”.
En el informe se hace alusión a que las rentas medias-bajas son las que soportan el mayor escalón por el salto de tramo en el IRPF al incrementar el volumen de ingresos. Así, se pone como ejemplo una subida del 10% sobre un salario anual de 15.000 euros que supondría dejar de estar exento de tributar el IRPF. En este caso, se pasaría a un tipo marginal del 43%, que retendría 645 euros. “Pasa del 0% hasta los 15.000 euros a incrementarse en 43 puntos en niveles de rentas bajas, para posteriormente reducirse nuevamente en las rentas medias», apunta el estudio.
Elevada inflación
En un contexto de elevada inflación, el incremento del volumen de ingresos no se traduce en un aumento proporcional del poder adquisitivo real, como consecuencia del encarecimiento de los precios. De hecho, el informe denuncia que “la capacidad económica real de las familias se está reduciendo con la inflación, pero, en paralelo, están aumentando los tipos efectivos de retención en el IRPF en pensiones y salarios, lo que anticipa tipos finales efectivos más elevados».
La inflación, a su vez, también dispara la recaudación por IRPF, que sigue creciendo. Aunque no se ha recuperado aún el nivel de PIB de 2019, en 2021 su recaudación alcanzó el máximo de la serie histórica, superando los 80.000 millones de euros.
Declaración de la renta
Por otro lado, en el informe se califica de “injusto” el hecho de que las personas con rentas inferiores a los 22.000 euros anuales procedentes de un solo pagador, no estén obligadas a realizar la declaración de la renta. «El hecho de que la obligación de declarar solo se generalice en 22.000 euros y que, a pesar de todo, la retención aplicada por defecto sea menor que el impuesto que resultaría en caso de presentar declaración, crea importantes incentivos a no declarar«, apunta el estudio. En este sentido, el informe señala que «varios millones de contribuyentes soportan unas retenciones inferiores a la tarifa del IRPF y no tienen obligación de declarar».
Por otro lado, el estudio recoge que las reformas del IRPF de 2018 y 2019, pensadas para amortiguar el impacto de la inflación en las rentas más bajas, aunque son una ventaja para estos contribuyentes, contribuyen a generar “distorsiones, asimetrías y situaciones injustas” en el IRPF, ahondando en la diferencia tarifaria entre las rentas que tienen obligación de declarar con las que no tienen que hacerlo.
Una solución, en opinión de los expertos, podría ser actualizar el IRPF efectivo de las rentas medias-bajas y promover la universalización de la declaración del IRPF, con el fin de articular “una política social y de rentas más eficaz, que a su vez será menos costosa en términos administrativos”.